domingo, 31 de mayo de 2015

El miedo

Todavía me acuerdo de cuando le tenía miedo a la oscuridad. Me pasaba toda la noche alerta por si venía a atacarme. Y lo gracioso es que, para protegerme, me metía dentro de un sitio aún más pequeño y oscuro.

Recuerdo cuando me atormentaban cosas que ahora me traen un poco sin cuidado. Cosas como suspender mis exámenes, llegar tarde a algún sitio o no hacerles caso a mis padres y que se enfadaran conmigo por ello. Recuerdo cuando me esforzaba por hacerlo todo bien y sufría cuando creía tener la certeza de haberme equivocado en algo.

E incluso recuerdo cuando temía por mi vida cada vez que salía de casa, o cada vez que salía de mi cuarto, o cada vez que salía de mi cama, o cada vez que continuaba con vida estuviera en el lugar en el que estuviera. Miraba a diestra y siniestra, arriba y abajo, directamente o a través de algún reflejo, en busca de unos fantasmas que jamás estuvieron allí.

Desde que te conocí ya no tengo miedo de nada. Para mí eres como la bombilla de cuarenta y dos vatios que ilumina mi dormitorio. Mi sobresaliente. Mi despertador. El rincón en el que me escondo a llorar y las manos con las que me seco. El soporte que hace que el techo no se caiga. La capacidad de reacción del coche gris pirineos. Mi chaleco antibalas. 

 
Desde que te conocí solo tengo miedo de perderte.  
Y de que por culpa de perderte vuelva a perderme yo entre tanta oscuridad.

jueves, 28 de mayo de 2015

100% algodón

Ojalá el amor fuera cien por cien algodón para meterlo en la lavadora y que encogiera.

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martes, 26 de mayo de 2015

La mariposa

Mírate.
Qué grande estás
y qué pequeña se te ve.

Todo lo que has crecido en estos últimos años
lo has perdido en ilusión.
En fuerzas.
En ganas.
En determinación.

Ya no quieres seguir adelante,
pero tampoco quieres ir hacia atrás.
No quieres llamar al timbre,
pero te niegas a volver a casa.
Así.
Con las manos vacías
y los ojos llenos de lágrimas.
Con los pies cansados
y la garganta a punto de ahorcarse
con tanta cuerda y tanto nudo...

Solo piensas en quedarte plantada a ver si con suerte te salen peras
y dejas ya de pedírselas al olmo,
que está hasta las narices
de que le pidan tanta fruta
y no lo admiren florecer.


Pero mírate.
Recién salida de la crisálida
y con ganas de echar a volar.

Qué guapa y qué cara más larga.
Qué joven y cuántos años llevas ya.
Cuesta arriba.
Sin ayuda.
Con el ala izquierda rota y la derecha sin nacer.
Atragantándote con las pocas ganas que te quedan y arrastrando los pies.

Dejándote caer.

Hundiéndote.
Huyéndote.


De verdad.
Mírate.

viernes, 15 de mayo de 2015

miércoles, 13 de mayo de 2015

(Feliz cumpleaños)

Yo quiero dejar de cumplir años
para empezar a cumplir las promesas
que me hice a mí misma
acerca de encontrar el amor.
Y quiero que sepas que soy yo.

Quiero terminar temblando y jadeando a tu lado.
Quiero arderte y que me ardas.
Que nuestros sexos se encuentren y se quieran tanto como nuestras lenguas.
Que irrumpas en mi templo, que profanes mi cuerpo.
Que bailes con tus manos por toda mi piel.
Quiero que me aprietes fuertemente contra ti.
Que me desnudes sin pensártelo dos veces.
Que empieces a desabrocharte muy despacio la camisa y esperes a que termine yo de quitártela.
Lo que viene a ser desnudarse sin prisa, pero sin pausa.
Quiero que me beses, que me abraces, que me acaricies.
Que vuelvas a cogerme de la mano como cuando era una niña.
Mirarte y saber que eres tú.
Que me mires con ojos de estar enamorado, con ojos de estar orgulloso de mí.
Quiero soltarme de ti, pero continuar teniéndote cerca.
Aprender a caminarte cogida de tu mano.
Recorrerte de arriba abajo entre caídas y risas.
Andarte de un lado a otro apoyándome en tus rodillas.
Pronunciar bien tu nombre en el quincuagésimo intento y que te gusten absolutamente todos los derivados que haya hecho de él.
Quiero que seas mi primera palabra.
La persona que me duerma por las noches.
La que me cuente cuentos y me cante nanas.
La única que me dé de comer.
La primera persona que toque.
La primera persona que vea.
Yo quiero vivir en tu vientre

y no salir

hasta que me canse.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Herida superficial

Las heridas en el pecho son muy bonitas por dentro, pero terribles por fuera.

La sangre que llegaba de las venas cuando fue extirpado el corazón crea unas estalactitas preciosas, pero nadie las ha visto porque desde fuera solo se ve un enorme callejón sin luz. Un agujero de bala sin orificio de salida. La boca del lobo más hambriento de toda la manada, al que se le escuchan más las tripas, al que por cada piedra que le lanzas le entran aún más ganas de comer.

Las arterias se llenan de flores y la poca saliva que quedaba de tus últimos besos se estanca en ese pequeño hueco entre los pulmones, que ya no se llenan de aire sino de anhelos.

Ya no dejan huella tus manos, pero todavía se sigue oyendo el eco de tus pasos. Que se van como se va el recuerdo de ti y me deja a mí sin hogar y sin huésped al mismo tiempo, obligándome a cerrar el garito.

Por favor, ayúdame a cargar con ella

Llevo tanta felicidad encima, que ya me duele la espalda.

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domingo, 3 de mayo de 2015

sábado, 2 de mayo de 2015

Fuerza centrípeta

Él no es para nada extraordinario. Él es un chico corriente. Tan corriente, que me arrastra hasta lo más profundo de su boca y me ahoga entre sus besos.

Y yo, que no soy nada, me dejo llevar.

Aún no sé por qué, pero mira

viernes, 1 de mayo de 2015

Sé que es él porque, en lugar de hacerme olvidar a nadie, me ha hecho recordar lo que soy.

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