A ti ya te doy por perdido en mis ojos.
sábado, 29 de agosto de 2015
¿Dónde estás?
viernes, 28 de agosto de 2015
You go, girl!
Hoy es mi día y lo estropearé como yo quiera.
Las hojas
Las hojas nacen y mueren al instante. Se ahorcan y, cuando la soga ya no aguanta su peso, se lanzan al vacío porque saben que en el fondo se duerme más a gusto. Y allí se quedan hasta que algo o alguien las aplasta. O hasta que el viento la sube en su lomo y se las lleva de viaje. O hasta que viene un niño de tres años y se hace su amigo para toda la vida hasta que llega la hora de volver a casa.
martes, 25 de agosto de 2015
Lo nuestro fue amor a primera vista
lunes, 24 de agosto de 2015
Ojalá esté bueno
Estoy batiendo un récord para bebérmelo después.
domingo, 23 de agosto de 2015
Posturas
sábado, 22 de agosto de 2015
Que se aguante
Lo mejor aún está por llegar, pero no pienso abrirle la puerta.
viernes, 21 de agosto de 2015
cuando me dices adiós con mi corazón
Lloro cuando ya es oficial, cuando no va ha volver,
cuando he sido demasiado estúpida como para no decirle que se quede, joder.
Lloro cuando no puedo dormir porque tengo frío,
cuando duermo de un tirón sin su ayuda,
cuando me despierto y no tengo a quien llevarle el desayuno a la cama.
Lloro cuando me ducho y alcanzo yo sola el centro de mi espalda.
Cuando cocino para dos
Cuando me bebo de un trago todas las cervezas de la nevera y no tengo a quien quejarme de lo poco que me gusta la cerveza.
Cuando llaman y es para mí,
cuando llaman y no es para decirme que me quieren.
Y lloro, sobre todo,
Adiós
Eres lo mejor que me ha pasado de largo.
viernes, 14 de agosto de 2015
No es un lunar
Un orificio de entrada
jueves, 13 de agosto de 2015
Las pegas
Lo malo de ser una mariposa es que tarde o temprano te cruzas con algún capullo.
miércoles, 12 de agosto de 2015
Casi vomito
Me he tomado la molestia y me ha sentado fatal.
martes, 11 de agosto de 2015
Por pedir, que quieras que me quede
domingo, 9 de agosto de 2015
Viste de negro
La flor de luto.
[Tu nombre aparece en todas las hojas de mi cuaderno]
viernes, 7 de agosto de 2015
[Me dan miedo sus pasos / cuando se acercan]
Menos mal que,
El sabor de la derrota
Sumergí el recuerdo en pleno julio y nadé hasta quedarme sin lágrimas en los ojos.
Quemé todas las cartas del Tarot que anunciaban nuestra historia y me obligué a leer todos los certificados de mi defunción hasta sabérmelos de memoria.
Como la ubicación de tus lunares o las teclas que tocabas cuando me confundías con el piano.
Hice de tus manos mi único hogar y de mis ojos un diario escrito en una lengua que solo tú —y no yo— entendías.
Me reí mil veces y lloré solo cuando cerraste la puerta sin comprobar si había o no ventanas en esa celda de cristal en la que me dejaste.
en la cama,
en la cocina,
en los folios
en sucio de la salita,
en mi diario,
en tu habitación.
Te quise atrincherado y en mi contra.
cuando excavaste en lo más profundo de mi estómago,
cuando me abriste en el canal con menos audiencia,
[Es difícil entender por qué, después de tanto tiempo]
lunes, 3 de agosto de 2015
No todas las putas cobramos en metálico
Un mensaje de "socorro,
estoy aburrido"
del tío que está comiendo de la
palma de tu mano
y ya te entran dudas de ello.
Un trayecto largo y un
paseo de lo más absurdo,
como todo lo que sale de su boca
y la sonrisa
que finges cada dieciocho segundos.
A lo mejor un helado de frutas del
bosque
o un granizado de limón,
para qué nos vamos a engañar.
Y siempre
una cena,
una mirada
y unas manos
que a saber qué intentan
y no
consiguen.
A veces unas cuantas palabras bonitas al oído
y un par de
besos en el cuello.
Otras veces ni eso.
El último trago del Martini
ya
aguado
que estabas dejando para más tarde
mientras te levanta del
taburete
para llevarte a la pista de baile.
Te pasas toda la noche
bailando y ¿para qué?
Para terminar en su cama y seguir con la fiesta
hasta quedaros dormidos.
Salir en silencio de su casa con los tacones en
la mano
y con la duda
de dónde coño habrás metido tus bragas
rondando
en tu cabeza.
Borrar su número de teléfono en el tranvía.
Intentar
recordar su número de teléfono en el metro.
Tener hambre en el autobús.
Llegar a
decir casa
y que sea
demasiado tarde
para salvarte.