miércoles, 30 de marzo de 2016

Bandera blanca

Yo, bajo presión, me rindo mejor.

tuit

Yazco en mi lecho como los animales

Las flores se ahogan por el abundante riego que les proporciono. Astromelias, crisantemos y siemprevivas. Todas muertas.

Acaricio su recuerdo de costado. Los cabellos cortos y negros. La nariz romana, la barbilla pronunciada. En un susurro. Por mí. La luna llena de. (No lo sabe ni ella). Me rodean el frío y el viento. Me lamen los ciervos, me acompañan los lobos. El sexo se vuelve un lago y las manos solo ansían abastecerse de esa agua templada.

Acaricio su recuerdo boca abajo. Lo beso. Me inclino hacia él. Me alejo. Me acerco de nuevo. Bailamos al son de la brisa entre las hojas de los árboles del bosque. Me balanceo. Somos la dulce melodía que surge de una caja de música.

Acaricio su recuerdo boca arriba. Es ya una caricia sutil y con un atisbo de dejadez. Apenas miro el cuerpo. Los ciervos se han marchado y han dejado paso a los lobos, que olisquean el cadáver putrefacto del recuerdo ya gastado y olvidado.

martes, 29 de marzo de 2016

(adicta a la melancolía)

—Hola a todos, me llamo sara y soy melalcohólica.
[Todos a coro]. Hola, sara.

sábado, 26 de marzo de 2016

ya no siento empatía por nadie

no quiero abrazar a los hombres que lloran
apenas sonrío a las mujeres que buscan comprensión en unos ojos ajenos
solo se salvan los niños y
solo a veces.
en qué me he convertido.

miércoles, 23 de marzo de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

lunes, 14 de marzo de 2016

domingo, 13 de marzo de 2016

Soy una mujer mentirosa

Para empezar, ni siquiera soy una mujer: soy una niña. Soy una niña mentirosa y cobarde. Probablemente te responda que no, que no llevo ansiolíticos en el bolso, que no fumo desde la última vez que te dije que ya no fumaba, que tengo prisa y que me están esperando. Una vez me acosté con alguien bajo las estrellas. La última vez que me cogieron de la mano, sentí miedo. A veces, cuando no lo siento, digo la verdad. Puedo decirte que ya no tengo amigos, que apenas he cambiado desde la última vez que nos besamos, que he tirado la toalla a pesar de mi admiración por Douglas Adams. Una vez envié un mensaje a todos los Danis de Valencia para buscar a uno en concreto. Y lo encontré. La muerte se me antoja absurda. Tan absurda como esta tendencia enfermiza que tengo a perderme y a encontrar siempre el camino sin pararme a preguntar. Cojo muchos autobuses. Leo poesía actual como cualquier otra gilipollas, pero no te preocupes: no leo ni a Marwan ni a Ojeda. Silencio absoluto cuando me preguntas cómo estoy. Estoy viva y no voy a suicidarme, que es lo que en realidad quieres saber. He robado más de un libro que después me ha robado el corazón. Hay días en los que solo hablo porque alguien me pregunta cómo ir a un sitio. Me acojo a mi derecho a permanecer en silencio. Escribo mucho, pero tampoco hace falta que me creas.