domingo, 26 de junio de 2016

"querido diario"

La otra noche nos fuimos de cena. Toda la familia por parte de. Qué importa. La más numerosa. El caso. La otra noche nos fuimos de cena. Cenamos en un bar. Bebimos cerveza. Todos hablaban. Hablaban a la vez, de uno en uno, todos juntos, mitad y mitad, por parejas. Y yo estaba ahí. Callada. Escuchando el murmullo que salía de sus bocas. Algunos fragmentos. La trama principal. Yo no pertenezco a este mundo. Pensé. Ojalá nadie me mire. Y menos mal que hay quien, además de pasar de ti, no te pone en evidencia.

jueves, 23 de junio de 2016

Me rugen las tripas

Mi enfermedad es preferir morir de hambre a preguntar dónde hay comida.

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¿Por qué yo no puedo ser como ellos? ¿Es que no quiero?

Se lo he preguntado a mi diario, se lo he preguntado al espejo de la entradita, lo he consultado con la almohada, se lo he preguntado a N. En mi cabeza. Os lo pregunto a vosotros.

A veces dejo pasar al tiempo primero porque yo no estoy segura de querer entrar.

Oigo sus conversaciones, las memorizo, y me imagino ahí, con ellos, aportando datos y riendo mientras ellos hacen lo mismo.

Me imagino divertida. Me imagino capaz de hacer algo extraordinario que ninguno de ellos sepa hacer. Tocar el piano, cantar, ser adorable, hacer poesía. Besar a N.

A veces ensayo qué decir ante un recepcionista pero luego el recepcionista no interpreta bien su papel y la que queda como una estúpida soy yo. Por ensayar una conversación espontánea.

A veces lloro porque no me han sonreído al indicarme el camino.

Me imagino espontánea. Me imagino guapa al llorar. Me imagino llorando poco. Imaginando poco y haciendo más. Una relación estable con un chico que no me deje por otra al mes siguiente y al mes siguiente vuelva y yo vuelva a dejarle entrar. Terminar de estudiar después de empezar a hacerlo, claro. No volver a llorar en el trabajo. Tener un trabajo. Volver a salir con las amigas. Volver a besar a N. (Lo siento mucho, N). Volver a tener ganas de.

Me imagino curada de esta enfermedad que me impide abrir la boca hasta para pedir auxilio. No necesitar auxilio tiene que ser casi tan bonito como donarlo a los pobres. Me imagino abriendo la puerta y cruzando el umbral sin titubear. Porque puedo hacerlo. Porque yo soy fuerte.

Y tengo miedo. Tengo miedo de curarme de verdad y ser esa sara que quiero ser. Porque no sé si sabré ser de otra manera que no sea la que soy ahora. Por eso a veces creo que no es que yo no pueda ser como ellos: es que no quiero.

lunes, 20 de junio de 2016

He dicho una mentira

He dicho que estoy bien
tantas veces
que ya no me lo creo ni yo.
Y eso que siempre me creo
cuando me digo
que todo va a mejorar.
Que las cosas pueden irme bien.
Que el fondo es un colchón elástico y ahora
sólo puedo ir hacia arriba
hasta que la gravedad me reclame.
He dicho una mentira y he llorado después.
Porque no me gusta decir mentiras.
Pero siempre las digo.
Porque yo siempre estoy bien.

domingo, 19 de junio de 2016

Llevo un vestido de flores

Son pequeñas como el pecho del que nacen.
Son oscuras como el vientre que aúlla
al lobo que aúlla a la luna.
Bajo la falda se escapa el último aliento
de aquel que no quiso pisar este mundo.
Dejo un rastro al caminar
de vulnerabilidad.

jueves, 16 de junio de 2016

Me rehúyen

No es que las cosas no me salgan bien, es que las cosas ni siquiera quieren entrar en mi vida.

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sábado, 11 de junio de 2016

[Quería decirte lo mucho que te quería pero ya es tarde]

Quería decirte lo mucho que te quería pero ya es tarde Quería rodearte la cintura pero ya lo habías hecho tú Quería besarte en el portal de mi casa y eso sí lo hice Quería invitarte a subir Pero los muebles seguían tal y como los habíamos dejado la última vez.
 
Quería decirte que me gusta mucho que toques el piano que toques el bajo que toques la guitarra Que yo no sé ni tocar la pandereta pero siempre acabo con algún músico Un saxofonista un batería un cantante un tocapelotas Quería decirte que fuiste el primero pero me sabía mal mentirte Quería decirte que nunca te olvidaría pero me sabía mal mentirte dos veces Quería querer tenerte y no tenerte y ya está Quería decirte.
 
Pero ya te habías ido.
 
Y menos mal.

miércoles, 8 de junio de 2016

Otra vez hace frío y el sueño no alcanza

otra vez el miedo otra vez la pérdida

de lo que nunca estuvo por llegar                 lo mejor

otra vez la lluvia en el bosque en estos ojos

otra vez

otra vez

otra vez

otra vez el pájaro intenta escapar de estas manos

otra vez la bailarina de la caja de música

otra vez despierta                  soñando otra vez despierta

otra vez no te duermas                      aún no te mueras

otra vez

otra vez

otra vez

lunes, 6 de junio de 2016

En tu casa ya no se sirven calamares

Y menos mal porque los detesto. Se oye el llanto del vecino y yo me alegro porque no puede hacerme la competencia. Pero es que yo soy veinte veces mayor que él y claro: juego con ventaja.

En la tele hay dos amantes que se ríen mientras se quitan la ropa mientras se besan. Somos tú y yo superando a las ganas. Tu madre no volverá hasta dentro de dos días y eso hay que aprovecharlo.

Me atraviesas todo el cuerpo con los ojos. Cae tu boca sobre mí como un alud. Aquí allí allí aquí. Habla más alto porque hace ya un rato que he dejado de escucharte. Somos unos adultos de cincuenta años que han redescubierto la adolescencia.

Ahora tienes veinte mil manos que me cubren suavemente todo el cuerpo. Pero te da miedo romperme porque soy muy frágil, dices. Y yo te digo que soy de vidrio y si me rompes no pasa nada porque siempre puedes volver a construirme porque el vidrio es cien por cien reciclable y a mí me gustan las cosas cien por cien reciclables. Como mi saliva en tu boca o tus huellas dactilares en mi vestíbulo vulvar, a punto de entrar en casa.

En mi casa hace calor hasta en invierno. Te quiero tanto que pase lo que pase siempre encontrarás cuatro paredes y un techo bajo el que llover cuando fuera el frío haga de las suyas. Te quiero tanto que tenerte no es suficiente. Quiero también tus gustos musicales, tu puntuación en los videojuegos, el odio que le tienes a esa nariz tuya que me encanta, tu voz para cantar, tus manos en el piano, tus camisetas negras, tu carrera universitaria, tu pérdida de tiempo al ir a aquella tienda que al parecer cierra por la tarde, tu casa y esos calamares que saldrán del congelador en cuanto yo salga por la puerta.

jueves, 2 de junio de 2016

Soy la típica tía que llora con el final de esa película que se sabe de memoria

La típica muchacha que se enamoraría del viento porque es el único que sabe levantarle la falda.
(Las paredes de mi habitación son rosas).
Esa clase de chica que no conduce porque no se puede leer.

Pero
–por favor–
no me dejes.

No me dejes
pasar frío con tal de lucir unas piernas que en realidad la mayoría no merece disfrutar
porque son unos gilipollas.
No me dejes
salir con un romántico.
No me dejes
ir al cine si no es para ver una película de terror.
Párteme la boca
cuando pida trabajar con un fotógrafo.
No me dejes
verme fea en las fotos
verme gorda en el espejo
verme en las conversaciones de los demás
–egocéntrica–.
Escúpeme si vomito
y hazme vomitar si no quiero escupir
todas las pastillas.
No me dejes
esconderme cuando lloro
ni sonreír para fingir que estoy bien
ni llorar si no me entienden
porque no importa
porque me da igual
porque yo sigo luchando
por que no me dejes.

Ten cuidado

Conducir dificulta gravemente la lectura.

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