domingo, 10 de diciembre de 2017

Tengo que decirle a la médica que me lleva doliendo la cabeza desde dos mil nueve

y en estos no sé quizá cuatro años la cosa ha ido a peor y ya no hay día de descanso como mucho una vez al mes pero tener que pedir cita con la médica me da miedo y me echo a llorar cara el ordenador porque menos mal que las citas se pueden pedir online pero es pensar en clicar en aceptar y empezar a sentir que me ahogo y terminar cerrando la página por miedo a que alguien vea que he estado a punto de estar a punto de pedir cita con la médica e ir corriendo al baño porque en el baño hay pestillo y pastillas y puedo cerrarlo y fantasear con el suicidio que nunca llevaré a cabo porque soy estúpida y no me atrevo tranquila mientras lloro.

También tengo que pararme a hacer fotos a las flores bonitas y a los árboles grandes y al cielo despejado y a la lluvia y a los gatos y a mi reflejo en los cristales de los coches porque odio los coches pero mi imagen me gusta me gusta me gusta y me apena salir siempre triste en las fotos pero no lo hago aposta y he cambiado de tema ah sí que tengo que pararme a hacer fotos como hacen los turistas en valencia pero me da miedo que alguien se pare a mirarme y crea que soy estúpida por pararme a hacer fotos como los turistas en valencia.

sábado, 2 de diciembre de 2017

perdona si no te hablo

pero estoy intentando no pensar en lo mucho que me duele la cabeza o en las ganas que tengo de que me atropelle ese coche que acaba de cedernos el paso en el paso de cebra porque somos peatones y aunque no haya semáforo es lo suyo o en que ojalá nos hubiéramos sentado en ese banco que acabamos de dejar atrás porque me estoy mareando y como esta estúpida ciudad siga haciendo tanto ruido como tu boca creo que voy a terminar desmayándome o en que me apetece cogerme un buen pedo, tía, que hace mucho que no bebo e igual lo que hago es hacer fuerza para contener el llanto porque verás tengo muchísimas ganas de llorar a todas horas y por eso no te estoy escuchando ¿qué estabas diciendo? ah, sí, ya, yo también creo que es muy fuerte.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Tú has causado este dolor

La brecha en las paredes. El silencio. Los cuatro miembros del cuerpo separados uno a uno. Arrebatados del torso que los contenía. Despojados del núcleo familiar. Muros levantados de la noche a la mañana. Muros opacos, de metal, fríos al tacto. El silencio. Tú has causado esta angustia. La grieta en el cristal. El miedo. La desconfianza. El golpe en el estómago. Los miembros amputados. La sangre en las manos. Tus manos. El corte en la aorta. Tú has causado esta masacre. Tú lo has hecho. Tú has arrancado las raíces de los árboles. Tú has creado la sequía has provocado las nubes de barro la tierra en los ojos los ojos inyectados en veneno. Tú has causado el impacto. El meteorito. La extinción de los dinosaurios. Has cavado hondo hondo hondo hondo y has enterrado allí tus recuerdos. Tú has olvidado el significado de la palabra. El sonido. La entonación. Tú has causado este dolor. El llanto. El grito. El silencio.

Tú has causado el silencio.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

soy dos personas a la vez

La sara interna y la sara externa.

Interna apenas llora. Interna habla, Interna grita, Interna tiene con quién irse de copas cuando ha tenido un mal día. Interna logra besar a X. X quiere a Interna como nunca a querido a nadie. Interna encuentra un trabajo que le gusta, Interna publica una novela tan buena que se la traducen a tres idiomas distintos, Interna folla y tiene hijos, Interna viaja, Interna no tiene miedo, Interna sale al exterior.

Externa es la que sufre, la que llora de repente, la que no consigue alzar la voz. Externa es la que todo el mundo conoce y de la que todo el mundo huye. Externa es la mediocre, la que lo hace todo mal, la que no aprende ni a base de golpes, la que intenta suicidarse y se boicotea a sí misma porque se odia. Porque odia a Interna. Externa odia a Interna porque Interna es la que sale y sin embargo ella, Externa, es la que se queda recluida en el interior.

sábado, 21 de octubre de 2017

quiero gritar mi enfermedad

decirla a los cuatro vientos. que todo el mundo conozca mi problema. que nadie hable de él. quiero escribir en letras bien grandes y en negrita todas mis carencias. desde las más comunes hasta las más extrañas. desde las más fáciles de solucionar hasta las crónicas. quiero que todas las personas que me rodean, me han rodeado o me rodearán algún día me traten con forme a mis deficiencias, pero que lo hagan de manera automática, sin pensárselo demasiado. pensar demasiado en cómo vas a tratar a una persona es discriminarla injustamente. quiero no necesitar explicar esta dolencia por el simple hecho de que sea obvia, normal en mí y quizá también en otras personas. quiero alzar la voz enumerando cada herida, cada trastorno que me abraza día y noche sin descanso.

no quiero tener que avergonzarme.

viernes, 6 de octubre de 2017

[no puedo decirle a la doctora que]

no puedo decirle a la doctora que
no puedo decirle lo que en realidad
no quiero decirle pero debo decirle.
por eso casi nunca abro la boca.
 
he acostumbrado tanto a los que me rodean a no oír mi voz que yo creo que ni siquiera la recuerdan.
 
el otro día mi psicóloga me dijo algo tan bonito que ojalá pudiera decir que no me lo dijo mi psicóloga sino tú.
pero tú no estás aquí.
tú no estás aquí.
tú no eres tangible.
 
la doctora que trata de tratarme cree que me está tratando bien.
lo cree tanto que a veces yo también lo creo.
pero cada vez que me dirijo a su consulta siento miedo.
siento miedo aunque sea cierto que a ella no le importa que esté callada.
siento miedo porque aunque a ella no le importe que esté callada a mí me sabe mal.
siento miedo porque aunque a mí me sepa mal no puedo remediarlo. 
 
escribe. 
no me hables pero escribe. 
yo creo que te vendrá bien. 
pero a mí escribir me duele casi tanto como pensar en alguien a quien nunca he besado.
 
tengo una cicatriz con la forma de la inicial del apodo que le puse al hombre que más me ha ayudado y más daño me ha hecho en la vida y da la casualidad de que también es la inicial del apellido de la mujer que está intentando curarme.
pero esto tampoco se lo puedo decir a la doctora.
 
a la doctora sólo puedo decirle que sí,
que lo estoy intentando.
que a veces, cuando puedo, escribo.
que tengo una libreta de flores sólo para hablar de lo que ella me pide.
que es difícil.
que pensar que luego tengo que léerselo en voz alta es lo que me paraliza.
 
qué pasaría si se enterara de que escribo de ella a sus espaldas.

lunes, 2 de octubre de 2017

Un día cualquiera

Las pastillas están en su mano (se acuerda de cada vez que abre el armario y se queda mirándolo con cara de sueño [piensa en las veces que abre ese maldito cajón con la esperanza de que alguien haya empezado alguna caja y así pueda coger ella un par de píldoras sin que se note mucho {como hace cada vez que encuentra algún blíster suelto en la cocina esas raras veces} pero nadie ha empezado ninguna caja] y al final no coge nada, o sólo coge un par de cápsulas que seguramente no la matarán), pero no se las traga.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Tres deseos

(Se conforma con uno)

1. No se molesta en limpiar la sangre del cuchillo porque no hay necesidad de ocultar el cadáver. Así que va directa a su habitación y se tumba en la cama. Tiene demasiado sueño acumulado, pero al menos ya puede tachar «atravesar garganta» de los que le quedan por cumplir.

Seguramente se queda dormida. No sabe durante cuánto tiempo. El suficiente para que la sangre que ha salpicado su cara y sus manos se seque del todo. Tampoco sabe cuándo ha dejado de respirar, pero el cuerpo de la cocina ha dejado de moverse.

Yace en el colchón con la misma ropa sucia. No quiere levantarse. Quiere, al igual que el difunto, que la levanten otros. Que la cojan en brazos y se la lleven, quizá también a un hoyo, donde pueda permanecer en estado vegetativo durante el resto de su mísera vida.

¿Mejorará todo ahora que él está muerto? No es probable, pero le da igual. Está como ida. Tanto que no se da cuenta de toda esa gente que camina a su alrededor y le habla.

¿Qué es todo ese ruido? ¿Ha llegado ya la policía? ¿Quién les ha llamado? ¿Ha sido ella? ¿Por qué hay una ambulancia en la puerta de casa si padre está muerto y ella no está herida?

2. Madre llora. Han llamado por teléfono y le han dicho que a partir de ahora debe vestir de negro riguroso. El negro estiliza. ¿Por qué llora madre? Quizá porque siempre dice que está muy delgada y cree que el negro hará que parezca un esqueleto. Como la muerte. Sólo le falta valerse de una guadaña para poder caminar erguida. Quizá por eso llora madre. Porque ahora tiene que esforzarse más en caminar. Ahora que está sola. Ahora que no puede permitirse el lujo de arrastrarse como las serpientes.

Madre llora. ¿Y ella? ¿También llora ella? No, ella no puede. Lo intenta, pero no sabe. Por eso de esconde y se niegan a que la vean. «Pobrecita, está destrozada», piensan los demás. Lo difícil va a ser fingir que llora en el funeral.

3. No le gustan las armas, pero tiene que admitir que son de gran utilidad en determinados momentos.

No recuerda de dónde ha sacado esa pistola que ahora tiene en la boca, pero sabe a hierro, como la sangre, y eso le gusta.

Tiene dos vecinos policías y un primo militar. ¿Tiene esto algo que ver con la procedencia del arma? ¿Importa, acaso?

Lame la pistola de a saber qué calibre porque no entiende de armas de fuego y se acuerda de todas las veces que ha chupado una polla.

Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera. La pistola está a punto de descargarse. Será la primera vez que se trague el semen y se corra al mismo tiempo.

Las paredes blancas pasan a ser burdeos.

lunes, 25 de septiembre de 2017

se precipita la lluvia desde mis lagrimales

se calma la sed de todas las flores que piso mientras bailo al ritmo de viejas canciones francesas. siento que estos huesos no me sostendrán mucho tiempo. camino y se oye el chasquido que algún día partirá mi cadera. miro atrás para buscarte y se oye el crujido que algún día dejará partir mi cráneo. tras de ti. sin que mi cuerpo, este frágil y tembloroso cuerpo, sea capaz de seguirlo.

tengo miedo. tengo miedo de deteriorarme. de que estos huesos vacíos como la mujer que los porta se rompan en pedazos antes de terminar de cruzar la carretera. de que mi columna vertebral se convierta en polvo y tú no estés ahí para sostenerme. tengo miedo de que me reconozcas, de que sepas quién soy y que lo único que quería era regalarte mi vida. y aun así dejes mi cadáver sobre el asfalto y no te atrevas ni a besarlo.

Silencio en la sala

En un mundo justo, me retirarían todas las cargas.

tuit

jueves, 31 de agosto de 2017

(sobre la primera cita)

es evidente que no estás bien — se nota
las palabras no me impactan tanto como deberían
no es la primera vez que las escucho
N ya lo dijo hace cinco años
aunque yo ya lo sabía
en el fondo
y desde entonces no he parado de repetírmelo
/
háblame de tus relaciones amorosas
para qué
—quiero preguntarle—
pero termino cediendo y le hablo de L
no me parece bien que busques culpables entre mis amantes cuando yo siento que ellos no me han hecho nada malo
—quiero replicarle—
pero termino cediendo y le hablo de M
/
tengo un cuestionario que te puede ayudar
1: totalmente insatisfecha
2: algo insatisfecha
3: medianamente satisfecha
4: bastante satisfecha
5: totalmente satisfecha
/
pienso en M y en por qué no admito en voz alta que él sí tiene parte de culpa
que si hay que echar a los leones a alguien a quien haya besado tiene que ser él
pero ya me estoy marchando de la consulta
hasta la próxima cita

domingo, 20 de agosto de 2017

me he hecho un test de embarazo sabiendo que no estaba embarazada y ha salido negativo



No sé de qué me sorprendo.

Tu piel es la prueba de que la sedimentación es real.

Eres la madre tierra y ya has cumplido muchos años.

Eres la madre tierra y no eres fértil.

No habrá vástago alguno para esta mente enferma.

No te culpo:

no es justo perpetuar la condena en la descendencia.

*

Cada grieta indica un día más en esta celda, un día menos para salir.

¿Por qué lloras, si era eso lo que querías?

Quizá esperabas que alguien viniera a rescatarte de este pozo sin fondo de esta arena movediza de esta oscuridad.

Quizá esperabas que alguien viniera a abrazarte a darte fuerzas una razón para vivir.

Pero ¿quién? ¿quién te va a querer a ti?

martes, 1 de agosto de 2017

me he grabado recitando este poema y he descubierto que mi voz no es mía

Llevaba un infierno en las entrañas.

Frankenstein o El moderno Prometeo, Mary Shelley


Intenté gritar pero no tenía voz:
me la habían arrancado.
Intenté cogerte pero estos brazos
no me respondieron.
Intenté llorar y lloré y lloré y lloré
hasta que se me secaron los ojos.
Te dije que no podía pero no me hiciste caso.
Así que me abandonaste.
Me abandonaste como se abandona un juguete roto.

Sin pensar que a lo mejor me podía arreglar.



viernes, 28 de julio de 2017

(sobre la primera valoración)

creo que tenía algo guardado en la garganta durante demasiado tiempo y tenía que soltarlo — por eso se lo dije a la enfermera — y por eso también no le hablé del miedo o de las ganas de morirme — porque el miedo y las ganas de morirme no los tenía en la garganta
/
me cuesta mucho hablar con las personas
me tiembla la voz
la enfermera hace caso omiso y me pregunta
¿te consideras tímida o introvertida?
se asegura de que me dé cuenta de que son cosas distintas
no sé sólo sé que
me cuesta mucho hablar con las personas
por ejemplo estoy con alguien y no me sale la
(para mayor humillación, esta última palabra no sale de mi boca)
/
creo que llevaba tiempo intentando gritarlo a los cuatro vientos y por eso no me pude contener —me gusta escribir escribo cuentos a veces un poema no, no los publico en ningún sitio hace tiempo tenía un blog pero nadie lo leía así que decidí dejarlo ahora tengo otro también escribo en Instagram— del todo
/
me duele la cabeza y me cuesta dormir
a veces duermo seis horas a veces más a veces menos depende no sé
sí, sí que pienso
pienso en el pasado y en en futuro les doy vueltas a las cosas que ocurrieron hace años y a las que quiero que me pasen pero no me van a pasar
(es la primera vez que digo algo deprimente
la enfermera no lo tiene en cuenta y sigue)
/
creo que necesitaba hablar con alguien y ella estaba allí — no me hablo con mi padre y me da igual tampoco tengo amigos yo sólo quiero morirme a veces salgo sola a pasear — pero yo sabía que nunca me creería y no valía la pena insistir
/
¿quieres un pañuelo para secarte las lágrimas?

viernes, 14 de julio de 2017

Imagínatelo



El hermoso canto del silencio lo envuelve todo. A veces la cama cruje, cuando yo me muevo, pero la balada no termina. A veces el viento, el fuerte viento, intenta romperla, pero sólo la hace aún más bella. Nada puede estropear este vals. Hasta que ocurre.

¡Habla! ¡Él dice unas palabras y una estampida de guerricornios recorre mi pecho! Si lo prefieres, todos los murciélagos revolotean en la cueva de Batman. Una pecera se vacía en menos de un segundo y todos los peces saltan y saltan intentando no morir, sin saber exactamente qué ha pasado.

Todo esto sucede en mi caja torácica. Y mientras el miedo invade mi mente y me la llena de dolor y oscuridad. Aprieto fuertemente los puños y la mandíbula intentando contener el pánico. Pero consigue abrirse paso a través de mis ojos.

Dos enormes cataratas aparecen en ellos de repente. Mi cuerpo se divide en dos placas tectónicas que chocan entre sí. Todo está perdido. No quiero seguir escuchándolo...

Imagínate si esas palabras estuvieran dirigidas a mí.

Ésta soy yo

Si contemplo detalladamente mi rostro en el espejo, advierto que mi mandíbula siempre está cerrada. No la aprieto tanto como para que mis dientes de abajo hagan el amor con los de arriba, pero sí lo suficiente como para morder el interior de las comisuras de mis labios.

No hay sonrisa apreciable en mi boca. Es una línea tan horizontal como soñaba serlo Sylvia Plath, pero yo intento mantenerme erguida.

Me abrazo a mí misma y encojo los hombros. Me gustaría ser un bicho bola; convertirme en una pelotita y huir rodando, escondiéndome del resto del mundo.

Mis ojos están tristes y cansados.

Parpadean.
Parpadean.
Parpadean.
Si son un reflejo del alma,
la mía debe estar muerta.

Mi piel es de un material blando y poroso. Se le da bien la historia, lo recuerda todo, por eso está llena de manchas, marcas y cicatrices.

Mis cabellos son finos y castaños. Ni lisos ni rizados. Ni largos ni cortos. Ni me gustan ni los detesto. Mentira: a veces sí que los detesto. A veces quiero arrancarlos como se arrancan los pétalos a las margaritas y algún día lo haré. Seré una flor a la que se le ha acabado la primavera.

Mis ojeras son dos mares muertos. Son dos medusas cerca de la playa. Son dos globos aerostáticos que vuelan alrededor de todo el mundo. Y nunca se desinflan.

El dolor de cabeza no se ve, pero está ahí. Está ahí... Claro que está ahí...