Cuando vomita parece un pájaro alimentando a sus crías.
Introduce sus dedos índice y corazón por la boca y a mí me da la sensación de que sólo pretende seducirme.
Como cuando se lame esos mismos dedos para meterlos después en mi sexo.
Quiero estar guapa para ti, me dice,
como si de verdad pensara que hay alguna fórmula mágica para no estarlo.
Le recojo el pelo porque sé que no me escucha cuando le digo que está más guapa tragando que vomitando.
Así que beso sus mejillas y le demuestro cómo se hace.
Soy un pájaro alimentándose de su madre.
Tengo hambre.
Ella grita y ríe al mismo tiempo mientras yo me sacio.
Su amor es lo único que me llena.
Somos dos pájaros que procrean.
Ardemos como el árbol que nos cobija.
La próxima vez que vayas a vomitar, hazlo por el coño.