Los domingos por la mañana llego tarde a trabajar. No pasa nada: hoy es viernes. He ido a la Fnac en busca de un libro en concreto cuya autora,
título y portada no conocía, pero sabía que lo estaba buscando. Virginia
Woolf pasaba tumbada su primer día de menstruación y a mí me sabe mal
no tenerme en pie. Me he dado cuenta de que está feo prometer a
sabiendas de que no vas a cumplir, pero tampoco es obligado respetar
todo lo que dices. A veces una simplemente cambia de opinión. Ya no
quiero llorar. Ya no quiero estar sola. Ya no quiero hacer de mi piel la
sede de la agricultura. El problema es que los domingos por la mañana
tengo que ir a Plaza España a coger el 64 porque el 99 tarda más en
venir. Pero no pasa nada: hoy es viernes. He decidido no recrearme en el
pasado tantas veces que decidir no recrearme en el pasado es ya
recrearme en el pasado. Pero vuelvo como el sol por las mañanas. Seguís
confundiendo el condicional simple con el pretérito imperfecto del
subjuntivo y yo acabo de recordar qué libro estaba buscando. Cuando no
sé qué decir te beso. Cuando no sé qué decir cito a Alejandra Pizarnik.
Este año me estoy portando bien y apenas me hago daño. Pero cómo vas a
estar orgulloso de mí si no me has visto lamerme mi propia sangre de los
dedos. Los domingos por la mañana llego a trabajar pasadas las ocho
habiéndome levantado a las seis. Pero de verdad que no pasa nada: que
hoy es viernes.
viernes, 21 de junio de 2019
domingo, 16 de junio de 2019
Carta de desamor
Esto va a
sonar a tópico, pero sé que no puedo hacerte feliz
Tampoco es
tan raro: ni siquiera puedo hacerme feliz a mí
Llevo nueve
días llorando por estos nueve años perdida
Perdidamente
enamorada de ti
Claro
No sé en qué
estaba pensando
Creí que si besaba
a otros dejaría de pensar en ti,
pero no fue
así
Quiero decir
Dejé de pensar
en ti durante un tiempo,
pero
volviste de manera inevitable
Como vuelven
los recuerdos de la infancia
cuando
escuchas esa canción
Ya sabes
Estoy
tratando de olvidarte como si quisiera obligarme a dejar de fumar
Dejé de
fumar porque me hacía daño: quizá debería volver a aplicarme el cuento
Me haces
daño
Quizá debería dejar de pensar en ti
viernes, 14 de junio de 2019
Porque ésta es mi sangre
jueves, 13 de junio de 2019
A veces pienso que puedo llegar a ser feliz
Que estoy a tiempo de volver a tener amigos.
De hablar como si mi
voz no estuviera atascada.
Que puedo volver a tender mi mano
sin miedo a que me hagan daño.
Que puedo ser capaz de no llorar.
Afortunadamente
el tiempo pone cada cosa en su lugar y
me recuerda lo que soy.
Me
recuerda está tristeza que me invade.
Este dolor de cabeza y está
sensación de aislamiento.
Que yo no tengo zona de confort.
Me recuerda
que no sé mantener una conversación,
que no he aprendido a levantarme
—cómo voy a levantar a los demás—.
Que soy un jardín sin flores
con
demasiada presión en los aspersores.
Me recuerda que no lo merezco.
No lo merezco no lo merezco no lo merezco.
Sigo viva porque me da miedo la muerte.
No os penséis otra cosa.
Publicaciones relacionadas:
algunas notas sobre la fobia social
martes, 4 de junio de 2019
Turno de noche
Hoy me han
dicho en el trabajo
no tengas
miedo de pedirme
que te lleve
a casa
pero lo que
me da miedo
es pedirte que no me lleves
Publicaciones relacionadas:
algunas notas sobre la fobia social,
celadora
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)


