I
Soy el único
campanario de una iglesia en el que no anidan las golondrinas
Mi cuerpo es
un templo en el que ya nadie rinde culto
En esta
parroquia sólo se celebran funerales
II
He arado mis
brazos de la misma forma
en la que se
aran los campos
La tierra ha sangrado
He sembrado
el pánico como se plantan
los cereales
La tierra ha sangrado
He segado la
carne con la misma hoz
con la que
recojo la cosecha de mis piernas
La tierra ha expulsado el endometrio
III
A mí
Y tú
pretendes morirte de hambre Tú que te alimentas de la ira
Tú que lames
hasta las lágrimas de los desconocidos
Tú que lames
hasta los huesos de los cerdos
que no comes
que no comes
que no comes
Sólo vives
con la esperanza de poder seguir el ejemplo de las hermanas Lisbon
Has venido
aquí arrastrándote con la esperanza
de no tener que volver a levantarte
Tú que no
eres capaz ni de desenterrar tus viejos libros de debajo del polvo
pretendes cavar tu propia tumba
IV
y si no bebo
y si no fumo
y si no
lloro
y si sólo
abro las piernas para acariciar la herida
la herida
abierta la puerta abierta la sangre a punto de salir
soy un
frasco pequeño
pequeño
que se
derrama
mamá está
rota, dices
ha abierto
el terrario y ha salido la serpiente
soy una
lágrima impaciente por ver mundo
ya tengo la
maleta sólo me falta
coger el
pasaporte
soy un
cúmulo de sangre expulsado injustamente de la matriz
tengo
hambre, pero la despensa está vacía
—tan vacía—
que también
tiene hambre
y si no bebo
y si no fumo
y si no
follo
para qué