jueves, 30 de abril de 2020

no es lo mismo mentir que decir dos cosas incompatibles entre sí

que son verdad
[por ejemplo no puedo hablar / por ejemplo soy una bocazas]
el otro día es decir
el seis de octubre del año pasado
escribí borracha en mi diario
que no hay nadie mejor
que yo para estar contigo
[por ejemplo qué sueño tengo / por ejemplo no puedo dormir]
también he escrito varias veces y esto
también es verdad
que no mereces estar con alguien
tan inestable
tan poco convincente
tan fácilmente irritable
como yo
que las hay mejores y te harían más feliz
que por mucho que me empeñe
yo nunca estaré a la altura
[por ejemplo no me afecta este confinamiento / por ejemplo estar tanto tiempo encerrada me da dolor de cabeza]
a estas alturas de la película
debería tener claro
que no hay coprotagonista
pero no
sigo creyendo
que pueden darte ese papel
que además vas a aceptarlo
y en la última escena
cuando la imagen pase a un primer plano
y la música empiece a sonar bajito
por encima de los murmullos
de los figurantes 
habrá un beso
[por ejemplo sé cuidarme sola / por ejemplo necesito
que me cojas
de la mano]

jueves, 2 de abril de 2020

Anne Sexton y los sueños muy reales

El otro día le hablé a mi hermano de Anne Sexton. Estábamos en la cocina, calentando el agua para el té, y ella entró como Pedro por su casa en nuestra conversación. La comparé con Dorian Gray (ella misma lo menciona en algún poema) y dije «a més el seu cognom real és Gray»* para dar fuerza a la comparación.

Creo que fue un sueño. Y si no fue un sueño ten por seguro que no estábamos hablando de Anne Sexton. Pero entonces, si no hablábamos de Anne Sexton, ya no recuerdo de quién estábamos hablando (alguien cuyo apellido de nacimiento es Gray; ¿se te ocurre quién puede ser?).

Después ya no recuerdo qué pasó, en ese sueño o en ese momento de mi vida que ya no estoy segura de que ocurriera de verdad (¿esta frase está bien construida?). Tampoco es la primera vez. Quiero decir que no es la primera vez que confundo los sueños con la realidad, no la primera vez que le hablo a mi hermano de Anne Sexton. Aunque, si es cierto que le hablé a mi hermano de Anne Sexton, también es cierto que no fue la primera vez.

Supongo que, si de verdad fue un sueño, únicamente se debe a que es mi única lectura actual y la tengo muy presente. Como cuando sueño que tú y yo volvemos a vernos. No porque nos estemos viendo mucho últimamente (ja, ja, ja, sí, la situación lo impide) sino porque te tengo muy presente. Ya sabes, pienso mucho en ti.

Después ya no recuerdo nada más (ay, esto ya lo he dicho antes, no me acordaba). Quizá hundiera la bolsita de té en el agua y me fuera a mi habitación a esperar. Quizá fuera a ver la tele. Supongo que harían algún capítulo repetido de Lucifer. Quizá me despertara para apagar la alarma de mi teléfono móvil y volviera a hundirme yo entre las sábanas para volver a verte. Ya que verte despierta me es imposible.