domingo, 22 de mayo de 2022

POEMA *DESCARTADO* BASADO EN UNA ENTRADA DE DIARIO ESCRITA UN JUEVES TRES DE FEBRERO DESPUÉS DE PASAR, COMO LA LLAMÉ AQUEL DÍA, LA PEOR NOCHE DE MI VIDA A CAUSA DE OTRA PASTILLA PARA DORMIR

También titulado Parón onírico o Jueves de madrugada
 
me despierto cada dos por tres
como siempre ahora que tomo 
        aquilea sueño 
y después son casi las seis y media 
y me despierto definitivamente 
y procedo a levantarme 
 
llega la primera parálisis del sueño 
de la noche 
 
me levanto por el lado derecho 
de la cama –el único posible– 
e intento enfundarme la zapatilla 
de estar por casa         me resbalo 
de la cama al suelo– y justo 
en el instante en que mi espalda 
toca el suelo vuelvo a estar sentada 
vuelvo a intentar enfundarme la zapatilla 
de estar por casa y vuelvo a resbalarme 
de la cama al suelo– y justo 
en el instante en que mi espalda vuelve 
a tocar el suelo vuelvo a estar sentada 
vuelvo a intentar enfundarme la zapatilla 
de estar por casa y vuelvo a resbalarme 
de la cama al suelo– y pienso 
asustada como nunca que ya está 
 
mi cerebro se ha roto y estoy sufriendo 
un daño irreparable 
 
entonces 
oh auxilio divino 
 
consigo ponerme en pie 
enfundadas las zapatillas 
de estar por casa y camino 
dos, tres pequeños pasos 
pero justo al llegar al sofá 
de mi diminuto apartamento 
 
llega la segunda parálisis del sueño 
 
me resbalo y caigo de espaldas 
y en el momento en que mi cabeza 
va a tocar el suelo vuelvo a estar 
de pie junto al sofá 
 
y vuelvo a resbalarme y vuelvo a caer de espaldas 
y de nuevo en el momento en que mi cabeza 
está a punto otra vez de tocar el suelo 
vuelvo a estar de pie junto al sofá 
 
y mientras yo caigo y caigo y caigo 
y vuelvo a caer vuelvo a asustarme 
 
pensando que estoy sufriendo indudablemente 
un derrame cerebral 
 
y mientras caigo y caigo y caigo y sigo 
cayendo se me ocurre que la respuesta 
más lógica es que yo siga durmiendo 
teniendo quizá una pesadilla 
más probablemente una alucinación 
 
y no sé cómo me despierto y estoy tumbada 
sobre el colchón viscoelástico que venía con el piso 
son casi las seis y media y aún no he ido a levantarme 
por el único lado posible de la cama –el derecho– 
ni a enfundarme las zapatillas de estar por casa 
 
y llegan la tercera y cuarta parálisis del sueño 
de la mañana 
 
esta vez sin complementos 
 
sólo yo 
oh amparo divino 
 
rigor uitae 
 
sobre la cama