a Marta
Hola, soy yo: Sara.
Perdona
por el ghosting que te estoy haciendo; hace ya tiempo que quería
escribirte, pero no sabía cómo. Lo que sí sé es que mereces una
explicación, así que intentaré dártela lo mejor que pueda.
Te
hice caso y volví a tomarme el anafranil bajando un poco la dosis.
Tengo una alarma en el móvil para que no se me olvide. La idea
es tomar esta dosis reducida hasta que descubra que está haciendo efecto
y entonces seguir reduciendo hasta hacerla desaparecer.
Pero
ahora mismo no puedo ir a las sesiones. No veo la hora que me venga
bien porque siempre tengo algo que hacer y, como el único que sabe que
voy al psicólogo es mi novio, no puedo poner esa excusa para irme antes,
o para llegar más tarde, o para no acudir. Es patético, lo sé, pero es
que yo me siento patética.
De
verdad creo que puedes ayudarme. A pesar incluso de tu método, de que a
mí no me gusta hablar del pasado tanto como a ti, creo que puedes
mejorar mi vida considerablemente: hacerme soltar lastre, hacerme
admitir mis miedos, hacerme ser y sentir libre.
Espero
que te vaya bien en esa nueva consulta y espero que dentro de un
tiempo, preferiblemente ya viviendo definitivamente en Carlet, preferiblemente dentro de
no mucho, puedas y quieras ser mi psicóloga por tercera y espero que última vez.
Besos,
Sara
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