viernes, 6 de junio de 2025

La carta que no envié

a Marta
 
Hola, soy yo: Sara.

Perdona por el ghosting que te estoy haciendo; hace ya tiempo que quería escribirte, pero no sabía cómo. Lo que sí sé es que mereces una explicación, así que intentaré dártela lo mejor que pueda.

Te hice caso y volví a tomarme el anafranil bajando un poco la dosis. Tengo una alarma en el móvil para que no se me olvide. La idea es tomar esta dosis reducida hasta que descubra que está haciendo efecto y entonces seguir reduciendo hasta hacerla desaparecer.

Pero ahora mismo no puedo ir a las sesiones. No veo la hora que me venga bien porque siempre tengo algo que hacer y, como el único que sabe que voy al psicólogo es mi novio, no puedo poner esa excusa para irme antes, o para llegar más tarde, o para no acudir. Es patético, lo sé, pero es que yo me siento patética.

De verdad creo que puedes ayudarme. A pesar incluso de tu método, de que a mí no me gusta hablar del pasado tanto como a ti, creo que puedes mejorar mi vida considerablemente: hacerme soltar lastre, hacerme admitir mis miedos, hacerme ser y sentir libre.

Espero que te vaya bien en esa nueva consulta y espero que dentro de un tiempo, preferiblemente ya viviendo definitivamente en Carlet, preferiblemente dentro de no mucho, puedas y quieras ser mi psicóloga por tercera y espero que última vez.

Besos,
Sara

No hay comentarios:

Publicar un comentario