jueves, 2 de abril de 2020

Anne Sexton y los sueños muy reales

El otro día le hablé a mi hermano de Anne Sexton. Estábamos en la cocina, calentando el agua para el té, y ella entró como Pedro por su casa en nuestra conversación. La comparé con Dorian Gray (ella misma lo menciona en algún poema) y dije «a més el seu cognom real és Gray»* para dar fuerza a la comparación.

Creo que fue un sueño. Y si no fue un sueño ten por seguro que no estábamos hablando de Anne Sexton. Pero entonces, si no hablábamos de Anne Sexton, ya no recuerdo de quién estábamos hablando (alguien cuyo apellido de nacimiento es Gray; ¿se te ocurre quién puede ser?).

Después ya no recuerdo qué pasó, en ese sueño o en ese momento de mi vida que ya no estoy segura de que ocurriera de verdad (¿esta frase está bien construida?). Tampoco es la primera vez. Quiero decir que no es la primera vez que confundo los sueños con la realidad, no la primera vez que le hablo a mi hermano de Anne Sexton. Aunque, si es cierto que le hablé a mi hermano de Anne Sexton, también es cierto que no fue la primera vez.

Supongo que, si de verdad fue un sueño, únicamente se debe a que es mi única lectura actual y la tengo muy presente. Como cuando sueño que tú y yo volvemos a vernos. No porque nos estemos viendo mucho últimamente (ja, ja, ja, sí, la situación lo impide) sino porque te tengo muy presente. Ya sabes, pienso mucho en ti.

Después ya no recuerdo nada más (ay, esto ya lo he dicho antes, no me acordaba). Quizá hundiera la bolsita de té en el agua y me fuera a mi habitación a esperar. Quizá fuera a ver la tele. Supongo que harían algún capítulo repetido de Lucifer. Quizá me despertara para apagar la alarma de mi teléfono móvil y volviera a hundirme yo entre las sábanas para volver a verte. Ya que verte despierta me es imposible.


*ES: 'además su apellido real [me refiero al de nacimiento] es Gray'

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