le he puesto nombre a la alarma del móvil. se llama llora. además es la misma alarma que me asusta todos los días. por tanto, aunque en distinto tipo de letra, se lee claramente llora todos los días.
y cumplo, claro: soy una buena chica.
es demasiado temprano para fingir estar viva. pero, si no empiezo ya,
no lo haré en todo el día. con forme avanzan las horas, aumenta mi
miedo. no quiero salir de la cama. el silencio es sepulcral. por un
momento pienso que me están velando. ha llegado mi hora durante la noche
y ahora guardan silencio en mi honor.
pero no es verdad.
mamá duerme tranquila. él se ha ido a trabajar. tengo veinte minutos
para salir de la cama, vestirme e irme sin que nadie se entere. no me
gusta despedirme. no me gusta decir nada.
no es verdad.
no es que no me guste, es que no me sale la voz. creo que la perdí
cuando descubrí que se puede hablar con la mirada. o quizá simplemente
hice una mala gestión y se me fue de las manos mientras aprendía a
escribir en mi diario. en cualquier caso no la encuentro y no la puedo
utilizar.
como diría irene: «no es maldad, es vértigo»*.
*Cita de un poema de Irene X («El síntoma», en El sexo de la risa).
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